Sombras y lauros de melancolía

La Melancolía (en griego bilis negra, según la teoría hipocrática de los humores corporales) llena la cultura de Occidente. Incluso antes y por supuesto después del famoso «Problema XXX» del Pseudo-Aristóteles, que venía a afirmar que los hombres geniales —el genio— eran todos seres saturnianos, fuera de la masa, y dominados de modo general por la melancolía. No de manera total, pues el melancólico sería un depresivo inerte, ni tampoco por el lado de la «manía» (locura) que convertiría al melancólico en un ser delirante. Dominado por la bilis negra, pero también —o por ello mismo— por el estro creador, el melancólico es un genio entre la pasión y el desprecio por el mundo, que no está bien hecho. De todo esto y más, trata el estupendo libro de David Pujante (catedrático en Valladolid de Teoría de la Literatura) Oráculo de tristezas —buen título— La melancolía en su historia cultural, editado por Xoroi Edicions. Desde las imágenes presocráticas de Demócrito y Heráclito, un filósofo que de todo ríe y otro que por todo llora, hasta Lorca o Gottfried Benn, Pujante ensarta con coherencia y finura una serie de artículos largos   —trabados, insisto— que recrean el fascinante problema cultural de una melancolía que inserta tristeza, lejanía y potente creatividad. El humanismo renaciente de Ficino o Garcilaso, la douce mélancolie de la Francia ilustrada —cuando la melancolía parece más decorativa— pasando (es de lo más interesante del libro) por la melancolía como forma y carácter de lo español, en nuestros siglos áureos.

Quevedo es un gran melancólico, como Cervantes (y evidentemente su Don Quijote) y ¿cómo llamar o qué decir del retrato del Góngora maduro, pintado por Velázquez? El poeta de las palabras y metáforas de brillante y oro, fue un melancólico rotundo. Pero la moda culta de la melancolía termina por convertirse en una manera de ser (el español, El caballero de la mano en el pecho de El Greco) que admiran, temen o detestan los de fuera. En el siglo XVI y sobre todo en el XVII barroco, es cuando surge la definición del español altier et morne (altivo y sombrío) después de la fama de libros nuestros como El Criticón de Gracián o el Examen de ingenios —antes— de Huarte de San Juan.  Como dice Marc Fumaroli, en parte la frivolidad francesa del XVIII, frivolidad ilustrada, se hace contra la temida severidad española, que también vieron los ingleses, con un libro muy notable sobre el tema, La anatomía de la melancolía, de Robert Burton.  Desde La Celestina a Calderón, de modos distintos claro es, se forja la imagen del español proud and gloomy, orgulloso y triste, que aún pervive —diluida— en la mirada de muchos foráneos. Enfermedad a veces, la melancolía —desde la vieja Grecia— es todo un patrón de cultura. Excelente.

Por: Luis Antonio de Villena
Fuente: El Norte de Castilla, 16/12/2018

 

 

 


Entrevista Alberto Martínez Arias a Luis Antonio de Villena en «El ojo crítico», de Radio Nacional de España

¿Qué tal? Buenas tardes.

Buenas tardes.

Aquí tenemos sobre la mesa un libro con un título realmente atractivo, Oráculo de tristezas.

Es un tema que está muy tratado, si leemos el subtítulo La melancolía en su historia cultural. Es un libro que está hecho por David Pujante que es poeta y además es catedrático de Teoría de la Literatura en la Universidad de Valladolid. Es un hombre muy culto, muy preparado, que está en Valladolid, aunque él es natural de Cartagena, Murcia. Le pidieron que recopilara los artículos que había escrito sobre la historia cultural de la melancolía y en lugar de simplemente recopilarlos los fue uniendo, es decir, de tal manera que el lector no se encuentra ante meros artículos yuxtapuestos sino que se van hilvanando y la sensación de libro es mucho mayor porque se van hilvanando.
La historia de la melancolía, posiblemente sabemos lo qué es la melancolía, o no, en el sentido de que la melancolía es algo culturalmente muy antiguo desde que se empieza a jugar con dos filósofos presocráticos que se los pone como antípodas que son Demócrito y Heráclito. Demócrito se ríe de todo y Heráclito llora por todo. Entonces esos dos polos, en ese sentido un poco bipolar, caracterizan la idea de la melancolía.
La melancolía es un sentimiento especial en la teoría de los humores de Hipócrates, que puede dar o excesivo júbilo o excesiva tristeza. Si da excesivo júbilo es muy malo porque está cerca de lo que en griego se llama «manía», de la locura y la excesiva tristeza caes en una depresión, pero sin embargo si se mantiene en un equilibrio es lo que el problema —y ya estamos hablando de la antigüedad— el llamado Problema XXX del pseudo Aristóteles que es un clásico de la cultura, donde Aristóteles dice que el hombre de genio, o sea, los genios, son siempre melancólicos. Entonces cuando uno va viendo después a lo largo de la historia pues a Leonardo da Vinci, a Miguel Ángel, a Góngora, a Gracián, a Quevedo —Lope de Vega no— va viendo que todos son efectivamente melancólicos, que todas son personas que son geniales porque se mueven entre un sentimiento de tristeza, un sentimiento de mal y un sentimiento, de tirar hacia arriba, de euforia hacia arriba y eso es lo que se va analizando. Melancolía significa en griego «bilis negra», significa la bilis negra atrabilis por eso “atrabiliario”. Entonces la bilis negra, en la teoría de los humores cuando en ti predomina la bilis negra, estás bajo el signo de Saturno, y el signo de Saturno es el signo de los melancólicos y es el signo de la genialidad. Es decir, el genial es un señor o una señora, pero hay más señores, que se aparta de todo, que no es el tipo común, es un ser raro, es un ser especial y tocado por la genialidad, y eso se va viendo desde la antigüedad hasta, bueno hasta ya, hasta García Lorca, en un análisis del público, o poetas alemanes del siglo XX como Gottfried Benn, uno de los grandes poetas de la época, pasando por muchas cosas que va haciendo un recorrido de prácticamente toda la trayectoria cultural de la melancolía —con lagunas— pero haciendo un recorrido de esa trayectoria que es realmente muy fascinante.

Oráculo de tristezas, editado por Xoroi Ediciones, en la colección «La otra psiquiatría», de David Pujante.
José Antonio, hasta el año que viene, y nos reencontramos en enero. Feliz Navidad.

Igualmente.

RNE, 20/12/2018

El ojo crítico es el informativo cultural decano de la radio española, presentado por Alberto Martínez Arias, que acaba de cumplir su trigésimo quinta temporada ininterrumpida en la antena de Radio Nacional de España y mantiene intacta su vocación de acercar la cultura al mayor número posible de oyentes.