Primero, las buenas noticias, que ya tendremos luego tiempo para las malas. Acaba de iniciarse un blog psiquiátrico que creemos del mayor interés. Su título es La Otra Psiquiatría, y cuenta con el apoyo de profesionales tan recomendables como Gustavo Dessal, Fernando Colina, José María Álvarez o Chus Gómez. Un auténtico soplo de aire fresco en un ambiente excesivamente cargado de humos industriales/empresariales (como diríamos desde No Gracias). Así mismo, acaba de llegar a nuestras manos un documento oficial de la Asociación Española de Neuropsiquiatría en el que se muestra totalmente de acuerdo con la prescripción por principio activo, insistiendo en la importancia de la cuestión de la isoapariencia. Cuando todavía no nos hemos recuperado de declaraciones de psiquiatras muy importantes de la Sociedad Española de Psiquiatría en las que comparaban marcas y genéricos con jamones de jabugo o no de jabugo, nos alegra ver lo que consideramos un poco de cordura proveniente de una asociación profesional de psiquiatras y profesionales de la salud mental de este país. A ver si resulta que no todos los psiquiatras opinan igual en lo referente a este asunto (lo dicho: hay Otra Psiquiatría).
Quién nos hubiera dicho hace años que sería la AEN la asociación que más cerca estaría de las evidencias científicas y la SEP más en las afirmaciones sin fundamento basadas en creencias. Oímos repetidamente en nuestro entorno asertos de gran calado científico, como «yo no creo en los genéricos«, ante los que nada podemos decir. Nosotros hablamos en esta entrada y acerca de este tema desde un punto de vista que intenta ser científico (ya en otras entradas hablamos de psicoanálisis o filosofía, que son asuntos diferentes, pero no intentamos hacerlos pasar por ciencia), pero si la cuestión de los genéricos es materia de fe, no hay debate de argumentos posible. Creer en Dios, o en Alá, o en Buda, o en la Fuerza, o en los Fármacos de Marca entra dentro de la respetable libertad de cada uno, pero no puede defenderse desde un punto de vista lógico y racional. Además, con los creyentes (categoría en la que, excepto en fútbol, no nos identificamos), siempre hay que tener un punto de cuidado. Porque si van de buen rollo, se arrodillan y a rezar (y a nosotros no nos gusta una cosa ni la otra) pero, si van de mal rollo, a encender la hoguera y muerte al infiel…
Y como no todo van a ser buenas noticias, porque si no, no escribiríamos, que nuestro trabajo nos cuesta, vamos a los temas que precisamente han marcado el arranque del blog La Otra Psiquiatría:
A pesar de que, todavía, está prohibida en nuestro país la publicidad directa a consumidores de fármacos de prescripción facultativa, en la página web de informativos telecinco podemos leer un anuncio una noticia sobre la nueva y novedosa novedad del xeplion (les juramos que tras las entradas previas, no tenemos la menor gana de volver sobre el tema, pero es que nos lo encontramos en todas partes). En dicha noticia (por llamarla de alguna manera) podemos leer unas declaraciones del doctor Antonio Fernández (director de Relaciones Institucionales y Nuevos Productos de Janssen-Cilag), donde afirma: «se consigue aumentar la adherencia del paciente al tratamiento y eliminar los efectos secundarios«.
Pero se olvida de decir otras cosas:
  • Hay un estudio que demuestra que el xeplion no es inferior a risperdal consta (lo cual, evidentemente, no significa que sea superior). De los seis autores de dicho estudio, los cinco primeros trabajan para Johnson and Johnson (empresa matriz de Janssen-Cilag).
  • Hay un estudio que demuestra mayor eficacia que placebo (faltaría más).
  • No tenemos constancia (y si alguien nos corrige, lo agradeceremos) de estudios que demuestren «aumento de la adherencia«.
  • Desde luego, no hemos encontrado estudios (ni creemos que nadie nos los pueda dar) demostrando que xeplion «elimina los efectos secundarios«. Los estudios previos con paliperidona (que pueden encontrar enlazados aquí) hablaban de efectos extrapiramidales, y de otros tipos, con la misma frecuencia que risperidona.
  • Del tema del precio hemos hablado sobradamente aquí, pero si todavía los representantes van diciendo que es más barato que el risperdal consta, echen un vistazo a la entrada enlazada y sus comentarios, porque así comprobarán que es mentira.
  • Y una comparación que nos ronda la cabeza: risperidona a 12 mg/d cuesta 50 euros al mes, mientras que xeplion (palmitato de paliperidona) a 150 mg cuesta 519 euros al mes. Es una diferencia llamativa para no haber estudios que demuestren ventajas de uno sobre el otro. Se nos dirá que el intramuscular asegura el cumplimiento, pero eso será sólo si el paciente quiere ir a pincharse el mes próximo. Por no hablar del problema de que si es necesario un ajuste de dosis (por ejemplo, disminuirla por efectos secundarios) habrá que esperar un mes entero para poder hacerlo, mientras que con la presentación oral, se puede hacer de un día para otro.
Y esta cuestión de la adherencia, nos lleva al otro tema que aparece en el anuncio la noticia de telecinco: al parecer, el doctor Jerónimo Saiz, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría reclama «medicar judicialmente a pacientes en contra de su voluntad«. Como recoge también el Diario Siglo XXI, el citado Dr. Saiz abogó por impulsar una legislación para el tratamiento involuntario en pacientes con esquizofrenia, señalando la indicación del xeplion para dicho fin. Saiz dijo también que la esquizofrenia era «una enfermedad como otra cualquiera«, pero «grave«.
Vaya por delante que no tenemos motivos para dudar de las buenas intenciones del Dr. Saiz o de otros colegas nuestros que opinan igual. Pero, como decimos con frecuencia, es de buenas intenciones de lo que está empedrado el camino que lleva al infierno…
Aparte de la mezcla poco clara de promoción de un nuevo fármaco con -nada menos- la petición de cambios en la legislación (¿en la Constitución?), no podemos evitar cierta indignación hacia una medida que rechazamos totalmente. La legislación actual en este país recoge sin problemas la cuestión del internamiento y tratamiento involuntario de los pacientes en estado de descompensación aguda. Cuando su estado mental no les permite poder hacerse cargo de sí mismos, un juez puede autorizar un ingreso por el tiempo necesario para lograr la estabilización que permita su alta y la continuación ambulatoria del tratamiento. Pero, cuando el paciente está estable clínicamente de su esquizofrenia, creemos que sigue siendo una persona con sus derechos y libertades intactos y, salvo decisión judicial de incapacitación, debe poder decidir sobre sí mismo.
Es tarea nuestra, de los profesionales, trabajar con él o ella para mostrarle las ventajas de un tratamiento psicofarmacológico, psicoterapéutico, rehabilitador y, en conjunto, de recuperación. Pero si la persona diagnosticada de esquizofrenia está estable clínicamente y rechaza tomar medicación ¿tenemos derecho como sociedad a obligarle?
Si el doctor Saiz dice que la esquizofrenia es una enfermedad como otra cualquiera, pero grave, ¿significa eso que debemos obligar a tratarse a los diabéticos o hipertensos aunque no quieran?
Si la cuestión es el riesgo de recaídas y la peligrosidad social, cuando alguien haya sido peligrosos o agresivo socialmente y cumpla condena en prisión, ¿debemos no dejarle salir nunca por el riesgo de que reincida?, ¿o sólo si está loco?
Cuando un psiquiatra haga un diagnóstico de esquizofrenia y otro psiquiatra de psicosis aguda, ¿se medica al paciente o no?, ¿se medica al paciente y al psiquiatra que no ha diagnosticado esquizofrenia?
Si el psiquiatra prescribe un tratamiento (por ejemplo, por decir algo, se nos ocurre, el xeplion) y el paciente lo rechaza pero dice que aceptaría otro vía oral, ¿también le obligamos al que decimos nosotros?
Y lo más importante: una sociedad donde un profesional, con el apoyo de un juez, puede obligar a un paciente no descompensado a tomar un tratamiento de por vida, en contra de su voluntad y sin derecho a opinión en contra, ¿es la sociedad que queremos tener? Porque a nosotros nos da un olor a fascismo que no soportamos… Y, ya puestos, ¿por qué detenerse en el tratamiento?, ¿por qué no esterilizaciones masivas, ya que la genética lo explica todo? (aunque eso podemos descartarlo, porque no sería muy bueno para el negocio…).
Ya habrán oído alguna vez el texto de Martin Niemoeller, que suele atribuirse erróneamente a Bertolt Brecht:
 
Primero vinieron a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista.
Después vinieron por los socialistas y los sindicalistas, y yo no hablé porque no era lo uno ni lo otro.
Después vinieron por los judíos, y yo no hablé porque no era judío.
Después vinieron por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí«.
Nos preguntamos si ahora podría empezar: «Primero vinieron a medicar a los esquizofrénicos, y yo no hablé porque no era…«. Porque también, ¿por qué detenerse en la esquizofrenia? Es decir, si la psiquiatría biológica cree que la depresión es una enfermedad neuroquímica que puede ser neurotóxica (aunque no explica por qué hace treinta años era un trastorno escaso que tendía a la resolución y ahora es frecuente y tiende a la cronicidad) y cree que los fármacos para tratarla son plenamente eficaces y totalmente seguros, entonces ¿por qué no obligar a todo paciente diagnosticado de depresión a que los tome? Y si estamos tristes, o ansiosos, o preocupados, o la vida nos trae una mala racha y sufrimos, pero queremos salir adelante por nosotros mismos, ¿un juez también nos va a obligar a tomar una medicación si un psiquiatra nos dice que lo hagamos?
De todas maneras, nos gustaría que quedara claro que titulares de los artículos que hemos comentado como «Los psiquiatras abogan por el tratamiento forzoso de pacientes graves» o «Los psiquiatras cargan contra los genéricos» son falsos. Y lo son porque generalizan de forma equivocada cuando dicen «Los psiquiatras«. Probablemente tal confusión venga de que son comentarios hechos muchas veces por miembros importantes de la Sociedad Española de Psiquiatría. Pero debe quedar claro que dicha asociación no es la única de importancia a nivel nacional en este país. La Asociación Española de Neuropsiquiatría, de la que somos miembros, representa a un amplio colectivo de psiquiatras, enfermeros, psicólogos, trabajadores sociales y otros profesionales de la Salud Mental y es un punto de referencia clave en este país desde hace décadas. La AEN publicó en su día también un manifiesto posicionándose en contra del tratamiento ambulatorio involuntario.
Siempre hemos creído que la psiquiatría es algo más complicado que recetar lo último que nos presenta un comercial (porque como es más nuevo será mejor y es más cómodo creérselo) y obligar a los pacientes (quieran o no, estén compensados o no, acertemos nosotros o no) a tomárselo.
Porque si nos equivocamos, si el xeplion es la panacea maravillosa que dicen los comerciales y repiten muchos compañeros y si el tratamiento ambulatorio obligatorio por orden judicial es la solución a todos los males de los pacientes y sus familias, entonces, ¿para qué hacemos falta los psiquiatras? Igual entre los representantes trayendo las últimas moléculas y los jueces mandando a la policía a vigilar la toma, ya no somos necesarios y el Gobierno se puede ahorrar nuestros sueldos, que estamos en época de recortes…

Fuente: postPsiquiatría

Ver también:

La psiquiatría biológica se manifiesta a favor de los tratamientos ambulatorios involuntarios
¡Abra la boca, pero no diga nada!
La deriva de la psiquiatría hacia la nada: el naufragio de un saber
Nota de prensa
Anota ahí… NO TAI
Jerónimo I de Jabugo
Respuesta de la Sección de psicoanálisis de la AEN al TAI
Otro artículo contra el TAI
Respuesta de la AEN frente al TAI